El Ayuntamiento de Zaragoza decide probar un tratamiento pionero creado por La Doctora Pilar Mateo para combatir las cucarachas.

La cucaracha es, probablemente, uno de los seres vivos más desagradables del planeta. A nadie le gusta su presencia, capaz de repeler al más osado. El alcantarillado de Zaragoza , como toda ciudad de cierto tamaño, da cobijo a una variedad de estos irritantes bichos, la cucaracha oriental, que en algunos puntos de la capital aragonesa registra una presencia por encima de la media.
El pasado jueves, la consejera de Servicios Públicos, Carmen Dueso, rubricó un acuerdo para poner coto a este insecto. La compañía aplicará a lo largo de múltiples arquetas de la ciudad (en la zona Centro, el Actur o el entorno de la avenida de San Juan de la Peña, entre otros)una técnica innovadora que consiste, a grandes rasgos, en adherir a las paredes pintura con insecticida 'microencapsulado'.
Durante el último año ya se han realizado pruebas en una de las zonas especialmente problemáticas de la ciudad: el entorno de la calle Mújica Láinez, entre la avenida de Ranillas y la calle de Pablo Ruiz Picasso . En ella se seleccionaron una serie de arquetas en las que se aplicó la pintura, mientras en otras no se intervino. 
Al cabo de un breve lapso temporal se comprobó que en las primeras había remitido ampliamente la presencia de los insectos, con "recuentos positivos", mientras en las otras se contabilizaban alrededor de un centenar (una cifra "relativamente alta" según los expertos). El resultado positivo de la prueba ha empujado al Ayuntamiento a ampliar el radio de actuación.
Microencapsulación polimérica
La técnica que se aplicará (microencapsulación polimérica) en el laberinto subterráneo de Zaragoza ha sido desarrollada por la empresa Inesfly, que preside María Pilar Mateo, doctora en Ciencias Químicas por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC ) y por la Universidad de Valencia.
Desde la empresa explican cuál es la principal ventaja de utilizar esta técnica:"Con el tiempo los productos biocidas -los que matan artropodos- han ido perdiendo efectividad y creando problemas medioambientales". 
"Las microcapsulas poliméricas que hemos patentado han facilitado unir diversos productos biocidas y los llamados IGR (inhibidores de la síntesis de la quitina), sin que durante el proceso se cree una nueva molécula.Eso permite que el producto controle todo el ciclo integral del insecto (huevo, larva, ninfa...) y lo haga a largo plazo sin causar problemas de toxicidad para las personas", añaden.
La pintura aplicada mantiene durante dos años la expulsión de insecticida , por lo que a largo plazo resulta más efectivo que una fumigación puntual.

Fuente: Heraldo.es